domingo, agosto 19, 2007

MUSICA

"MAS DEL BARRO"
Rock hecho por pampeanos
Foto: Miguel Moreira.

“CatalinaTom” presentó “Más del barro”. Y las casi quinientas personas que colmaron el Aula Magna el viernes 17 de agosto se llevaron una sensación: el disco no es más que un disparo de rock pampeano, hecho y cocinado en casa.
Los Catalina son el producto de la generación de los noventa que creció escuchando Sumo, Divididos, Rolling Stones, Tom Waits, Pearl Jam, Jimi Hendrix y el mejor blues hecho en el mundo. “Más del barro”, el primer hijo musical, dejó además un sello de pertenencia a esta llanura que sirvió de trampolín para llegar a la meca del rock nacional, aunque sea mostrando las credenciales de un pasado incógnito: Buenos Aires. El efecto BA fue, sin dudas, el disparador final para que este disco (conceptualmente muy bueno) esté hoy en la calle con nueve canciones.
Pero sin desprenderse de ese lazo que los une, indefectiblemente, a un lugar mal catalogado de guitarreros y poetas tristes.
Juan Ignacio De Pian, una rara mezcla de cantor urbano mutado al personaje salido de la Escuela de Rock que tan bien interpreta Jack Black, acepta su rol de showman y canta cada vez mejor.
Es la mitad del cerebro de Catalina, la cara visible de una criatura de cinco años. La otra mitad la propone el guitarrista Mauricio Flores, con pasaporte ya al Hall de la Fama de la música doméstica. Es tan grande lo que hace Flores en sus solos, que es capaz de sostener y conducir musicalmente este ómnibus, por momentos transformado en un tren a todo vapor.
De Pian hablaba de fortuna. Porque mucha gente adoptó a Catalina como propia y está bien.
Un óleo nuevo para el mural, nunca suena mal. Y en esa pintura gigante, De Pian halló los colores primarios: Juan Pedro Dominicci (exquisito con la guitarra clásica en “Son of the beach” y “El águila que llora”), Pablo Ardovino y Nazareno Ribeiro, siempre equilibrados en un termómetro de mercurio que nunca se revienta.
Flores entra una y otra vez en el estado de éxtasis en el que parecen estar todos los CT, cuando grita en solitario en “La Dancera” y en ese visceral blues que es El Vago, en un homenaje sentido a Bustriazo Ortiz.
Si bien el concierto fue rock crudo y puro, los picos más altos llegaron en la intimidad, con De Pian sentado en el piso para el Aguila y el son, y sobre todo en esa zamba con reminiscencias floydeanas. Cuando la puerta se abrió, “CatalinaTom” la atravesó y firmó su mensaje musical, un mensaje de rock vernáculo que les pertenece a todos.

Nota: Sospecho que estoy cansando ya con CT y con este capítulo cerraré una historia. Pero era necesario terminar bien una buena comida después de la entrada, el plato principal, no podía perderme el postre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta mucho tu manera de escribir lo que captas con todos tus sentidos; me transporta directamente al lugar que estas describiendo, y siento que estoy ahí... No pude ir a ver la presentación del disco de catalinatom,y después de leer tu comentario del show, realmente me hubiese gustado (aún mas)estar presente... Aunque tal vez estuve, porque tal cual, siento que catalina es parte mía también, aunque no se definir exactamente porqué...
Me encantó la nota. Gracias