jueves, septiembre 13, 2007

Poema I

Inundación celestial

Me mojo, a mi antojo;
con gotas, me mojo;
y siento el despojo,
de mis ojos rotos;
del agua que cae;
del agua que sale;
del agua que espera.

Me mojo libre,
en el espacio infinito
de la bendición celestial
que cae
(como caricia efímera).

Es su palmada
del ángel que vuela
con alas verdosas,
mientras se suspende
(siempre invisible).

Me mojo de nuevo,
ya perezoso.
Y espero el momento
para salir del tedio
(del eterno tedio).

Acaso no sea éste
el lugar que me inunde
de felicidad eterna.

Silamim

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