domingo, agosto 31, 2008

El Ghenpín de mi blog

Esto publicó ADN Cultura

Hechicero de las palabras

En Herejía bermeja, se rescata la casi desconocida producción del pampeano Juan Carlos Bustriazo Ortiz, autor de versos en que el sentido se va difuminando en favor de los sonidos.


La biografía de Juan C. Bustriazo Ortiz (La Pampa -entonces Territorio Nacional-, 1929) informa sobre su paso por la Policía de su provincia como radiotelegrafista, puesto al que iba a renunciar en 1959; un trabajo como agrimensor y minero; el oficio de linotipista en el diario La Arena , de Santa Rosa.
Se sabe de su internación psiquiátrica en la década del 80 y, nuevamente en los años noventa, hasta el alta definitiva en 1994. Se cuenta la leyenda del santo bebedor que siempre tomaba en el mismo vaso, que llevaba consigo en un maletín, junto a sus poemas, allí donde fuese. Que tiene escritos más de setenta libros, de los que se han publicado apenas un puñado.
La biografía, con sus excentricidades, su seducción del mito de autor, precedió al conocimiento de sus poemas entre los lectores de la Capital.
Fue la revista La danza del ratón , en 1996, la que inició la recepción de su obra en Buenos Aires. Tiempo después, en 2003, el Diario de Poesía iba a presentar la muestra de poemas más importante hasta entonces en un medio de circulación nacional.
El nombre de Bustriazo Ortiz había dejado de ser un santo y seña para los poetas del sur, quienes hasta entonces habían asumido la tarea de preservar y difundir la obra del autor de Elegías de la piedra que canta . Si el periplo vital de Bustriazo está marcado por su carácter excéntrico, su obra comparte ese destino.
Fuera del centro de la producción serial, sin poder ser adscripta a estéticas dominantes o a los sistemas de periodización literarios, esta poesía destaca por una singularidad que se resiste a ser domesticada. Singularidad que proviene menos de lo que se podría llamar una política de autor que de alguien que, casi ingenuamente, sigue invocando a las musas. La figura que lo resume es la del "Ghempín", el hechicero, que Bustriazo utiliza en el título de uno de sus libros. Hechicero como creador de una voz que se vuelve oracular.
El poeta como encantador de la palabra, poseedor de un don de lenguas que hace que el sentido se vaya difuminando en favor de los sonidos, del ritmo alucinatorio, y la lectura pase a formar parte de una experiencia del oído, y del espíritu:

"Útero y muy desta parida pena,/ desto que enseso que ni es paz ni es guerra,/ o a lo mejor candela entre la nieve,/ degollatina entresta flauta leve./ Ni ataúd desta palabra. Tierra/ que ni me da fier hongo ni azucena/ entreste grueso viento que me mueve./ Ni con tu loba en flor o de ascuas plena".

Bustriazo trabaja cada poema conforme a una necesidad que parece situarse más allá del alcance de la razón.
El español del que se vale está atravesado por arcaísmos propios que el uso de la lengua ha adquirido en el interior del país (y en esto recuerda a Jorge Leónidas Escudero, el poeta sanjuanino), neologismos más o menos reconocibles en cuanto a la intención de sentido, palabras como meras invenciones que sirven a los fines sonoros del poema.
El resultado, en muchos casos, es una lengua enloquecida, en la que se suprimen letras, se injertan mayúsculas allí donde el buen tino desaconsejaría hacerlo, se pegan unas a otras las palabras, o se desplazan en la página, como los signos de puntuación, produciendo una fractura en el orden lógico. Sin embargo, es notable cómo Bustriazo combina lo que parece un afán radical de experimentación, con elementos clásicos.
Buen ejemplo de ello es el uso del endecasílabo, el octosílabo o el verso alejandrino, pero escandidos a su antojo, forzando la cesura en el espacio de la página. O incluidos en una forma que debería resultarle ajena, como en la serie de "Las yescas. Canciones del enterrado", en la que cada poema es un caligrama en forma de cruz, pero ordenado internamente por la música envolvente del endecasílabo:

"[...] otra niebla me anduvo los costa-/ dos, o era niebla de muslos de ayes/ negros, era niebla vihuela de la niebla, / era niebla con nieblas en el sexo,/ me seguía, se vino hasta mi almohada,/ en los palos rasguea [...]".

Herejía bermeja reúne poemas de libros publicados, junto a una importante selección de material inédito. Al prólogo del poeta Cristian Aliaga, responsable de la edición, se le suma la transcripción de las conversaciones que el también poeta Andrés Cursaro mantuvo con Bustriazo, un texto que transmite con una fluidez notable el habla del poeta. La edición, sumamente cuidada, se completa con un apéndice documental biobibliográfico y varias fotos del autor.
Como un vanguardista sin programa, Bustriazo produjo una poesía enraizada en el paisaje y la cultura de la que proviene, pero sin rasgos de color local. Oscura, tocada por un erotismo no amansado, inclinada hacia el misterio, cumple, acaso sin saberlo, aquello dicho por el poeta Francisco Madariaga: ser un "criollo del universo".

Sandro Barrella

viernes, agosto 29, 2008

Homenaje

No se olvidan de Mareque
Hace tiempo que no salgo a ver cuestiones relacionadas con el arte nuestro por cuestiones laborales. Cuestiones que apuntan, directamente, al corazón de los pampeanos.
Pero el jueves quise salir rápido del tedio de siempre, ese de escribir resultados de tenis o fútbol, porque la propuesta me sedujo en su integridad. Se homenajeaba en el auditorio Juan Carlos Bustriazo Ortiz del CMC a Guillermo Mareque, acaso el guitarrista más talentoso que dio la provincia de La Pampa.

El espectáculo, llamado "Claroscuro por Milonga", fue una puesta de video-danza con la participación de músicos locales. Y si se habla de Mareque -al que muchos como yo sólo conocimos por sus creaciones- está bueno juntar a lo mejor del pago.
Roberto Yacomuzzi, el padre de la huella "De ida y vuelta", interpretó "Milonga nomás" con las bellísimas cuerdas de Lalo Molina (el otro padre de esa especie de himno pampeano), Martín Burgués, Juan Cruz Santajuliana y Mario Figueroa.
Luego Edgar Morisoli se sentó solo, frente al público, en el medio del escenario y leyó su poema "El desgajado", inspirado en la imagen y la particular y dramática historia de vida del guitarrista.
El cierre tuvo a Nadia Grandón (foto de WB) en una performance de su marca, con el video de fondo rodado en Toay dirigido por el Vasco Urioste.
En simultáneo convivieron el video, la danza y la exquisita versión de "Calandria mora" de Mareque interpretada por Juan Cruz Santajuliana y Alberto Gatica, quien hizo los arreglos de violoncello.
Una buena manera de, en pocos minutos, recordar a un personaje tan necesario como importante para el desarrollo de nuestro cancionero popular y nuestra identidad como habitantes de un chito chato en altura.

martes, agosto 26, 2008

¿Ginóbili o Nocioni?

Aunque a los que puedan leer este posteo les pueda parecer extraño, voy a optar: Nocioni.
Es mundial, es enorme el planeta en el que ha desembarcado Emanuel David Ginóbili y, para muchos, es el mejor jugador argentino de basquetbol de la historia. Me incluyo, claro, no puedo ser tan tonto de apartarme de esa definición. Pero voy con el Chapu.
Manu tuvo el tobillo destrozado ante Estados Unidos y nos quedó ese amargo sabor en la boca , porque ni él, ni Chapu, ni Oberto, jugaron en su real dimensión ante los yanquis.
Pero Chapu logró algo que Manu no: emocionarme. Se me cayeron una, dos, diez… no sé cuántas lágrimas viéndolo correr en una pata, robando pelotas y gritándole a sus compañeros en la definición por la medalla de bronce ante Lituania en los recientes Juegos Olímpicos de Beijing. Al igual que Manu, Chapu sabe lo que es el oro. Y no le importó que los millones de los Bulls o un llamado de la franquicia que se hizo grande con la aparición de un tal Michal Jordan, fueran en contra de su corazón.
Ginóbili vivió pendiente de ello siempre, de si llamaba Pop de los Spurs antes de ir a China, en China y hasta cuando –desafortunadamente- volvió a lastimarse.
A Nocioni se le rompió la rodilla, pero la ató con alambres, como el paisano reumático que tiene que salir a arrear las vascas. Le importó tres guindas romperse del todo y su corazón fue tan grande y tan fuerte, que potenció sus deseos de volver a subir a un podio olímpico.

Lo entrevisté un par de veces, siempre buena onda, siempre, aunque al tipo pueda salírsele la cadena (conmigo no pasó). Y quiero encontrarlo de nuevo para agradecerle. Sentí cómo a partir del deporte era posible defender una bandea, como si se tratase de una batalla, pero sin yelmos. Había que terminar de pie y Chapu terminó de pie. Saltando -en una o dos patas- con sus amigos mientras Ginóbili, con la pelota del partido que le regaló Carlitos Delfino, se iba solo a los vestuarios vestido de civil. Una diferencia grande.

Por eso Andrés Marcelo Nocioni es mi elegido.

Si lo dice Fidel…

No fueron los Juegos Olímpicos de Cuba, un país que siempre estaba en la pelea por las medallas doradas. Esta vez, Beijing le fue esquivo y apenas cosechó dos preseas de oro. Fidel Castro, ex presidente, no habló durante la competencia pero después se despachó con todo. Acusó a la mafia que logró "burlar las reglas del Comité Olímpico del robo descarado". Tampoco tiene esperanzas para Londres 2012, porque afirmó que "allí habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo impagable y una fuerte dosis de racismo".
Según Castro, en boxeo "los jueces les robaron descaradamente las peleas a dos cubanos en semifinales". "Estaban condenados de antemano", afirmó. Y disparó: "Cuba jamás ha comprado un atleta o un árbitro". El país centroamericano había finalizado en el undécimo lugar en Atenas 2004, mientras que en Beijing quedó vigésimo. Consiguieron 24 medallas, pero sólo dos de oro.
"Nuestro país no practica el chovinismo ni comercia con el deporte, que es tan sagrado como la educación y la salud del pueblo", agregó.
Por su parte, Raúl Castro, su hermano y actual presidente, fue a recibir a sus deportistas. Se les leyó un mensaje, en el cual destacaban la "entrega total" y que la delegación olímpica "se ha ganado el respeto de sus compatriotas, que reconocen sus méritos" y que sabe valorar "por encima de medallas el significado de competir con honor y de regresar con el escudo de la patria en alto".

martes, agosto 12, 2008

De ida y vuelta

Por andar esta huella
repecho oscuro,
dejé tanto a mi espalda
que ni me apuro.

Ya de ser voy dejando,
me vuelvo arena,
como aquel río Salado
que una vez fuera.

Andando suele el hombre
tener dos huellas
una que lleva lejos
la otra regresa.
Corazón querenciero,

si usted me afloja
me vuelvo ahorita mismo
pa' Santa Rosa.

No sé en qué madrugada

daré la vuelta
por eso ir pa' adelante
tanto me cuesta.

Siempre vuelvo en las noches
desde tu ausencia,
huella de rastro fresco,
lenta paciencia.

Tanto amor distancioso
mi niña amada,
quemará nuestras bocas
tal vez mañana.

Piedra, huella y espinas
cuando se aleja,
violeta flor de cardo
cuando regresa.

Corazón querenciero,

si usted me aguanta
me vuelvo ahorita mismo
para La Pampa.

No sé en qué madrugada
daré la vuelta,
por eso ir pa' adelante
tanto me cuesta.

Letra: Roberto YACOMUZZI
Música: Lalo MOLINA

viernes, agosto 08, 2008

¨Poema

08-08-08 (A Mar)

Maldito el infinito

Infinito de almas está el cielo de las penas.

Infinito de estrellas está el cielo de ausencias.
Infinito de amor, el corazón.
En el fondo del camino
angustiosamente alumbrado

por las huestes planetarias
con la luna y las estrellas como intrusas
capaces de inspirar el dolor más bello
del amor efímero de jinetes y amazonas montados en corceles de papel.

Y ahí, como habitante de ese paraíso tenebroso,
la cenicienta es capaz de posarse otra vez en el pedestal más alto

y enamorar con su perfume de rosas y jazmines
mientras descalza de un pie
invita al umbral de la tentación.
El príncipe oportuno desviste sus ropas,
se acomoda su cabello, va tras ella y la admira.
La contempla impávido en el telón invisible que emiten sus ojos.
Es apenas una ilusión abstracta, impalpable.
Como el infinito mismo de los días
que tenaz ataca con sus garras más violentas
para maldecirlos por vez última.

Silamim