08-08-08 (A Mar)
Maldito el infinito
Infinito de almas está el cielo de las penas.
Infinito de estrellas está el cielo de ausencias.
Infinito de amor, el corazón.
En el fondo del camino
angustiosamente alumbrado
por las huestes planetarias
con la luna y las estrellas como intrusas
capaces de inspirar el dolor más bello
del amor efímero de jinetes y amazonas montados en corceles de papel.
Y ahí, como habitante de ese paraíso tenebroso,
la cenicienta es capaz de posarse otra vez en el pedestal más alto
y enamorar con su perfume de rosas y jazmines
mientras descalza de un pie
invita al umbral de la tentación.
El príncipe oportuno desviste sus ropas,
se acomoda su cabello, va tras ella y la admira.
La contempla impávido en el telón invisible que emiten sus ojos.
Es apenas una ilusión abstracta, impalpable.
Como el infinito mismo de los días
que tenaz ataca con sus garras más violentas
para maldecirlos por vez última.
Silamim
viernes, agosto 08, 2008
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