No fueron los Juegos Olímpicos de Cuba, un país que siempre estaba en la pelea por las medallas doradas. Esta vez, Beijing le fue esquivo y apenas cosechó dos preseas de oro. Fidel Castro, ex presidente, no habló durante la competencia pero después se despachó con todo. Acusó a la mafia que logró "burlar las reglas del Comité Olímpico del robo descarado". Tampoco tiene esperanzas para Londres 2012, porque afirmó que "allí habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo impagable y una fuerte dosis de racismo".
Según Castro, en boxeo "los jueces les robaron descaradamente las peleas a dos cubanos en semifinales". "Estaban condenados de antemano", afirmó. Y disparó: "Cuba jamás ha comprado un atleta o un árbitro". El país centroamericano había finalizado en el undécimo lugar en Atenas 2004, mientras que en Beijing quedó vigésimo. Consiguieron 24 medallas, pero sólo dos de oro.
"Nuestro país no practica el chovinismo ni comercia con el deporte, que es tan sagrado como la educación y la salud del pueblo", agregó.
Por su parte, Raúl Castro, su hermano y actual presidente, fue a recibir a sus deportistas. Se les leyó un mensaje, en el cual destacaban la "entrega total" y que la delegación olímpica "se ha ganado el respeto de sus compatriotas, que reconocen sus méritos" y que sabe valorar "por encima de medallas el significado de competir con honor y de regresar con el escudo de la patria en alto".
martes, agosto 26, 2008
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