El escapista consiguió su fama gracias a las operaciones secretas que realizaba. Un libro reveló la verdad sobre el hombre que fue un mito de la magia
Numerosos ensayos y películas trataron la vida de Harry Houdini pero en el ochenta aniversario de la muerte de ese mago de fama mundial un nuevo libro revela su secreto mejor guardado: el gran ‘escapista‘ fue un espía.
La Vida Secreta de Houdini, que se publicó en Nueva York, repasa la biografía del artista desde la extrema pobreza que lo acompañó en sus primeros años hasta que le llegó el éxito internacional, su faceta de espía y el supuesto complot que acabó con su vida, la noche más mágica del año, la de Halloween.
El experto en magia William Kalush y el escritor Larry Ratso Sloman dedicaron varios años a consultar cerca de 700 mil folios de notas y documentos que les hicieron llegar a la conclusión de que el ascenso de la carrera del mítico mago se debió a un oficio más mundano, el espionaje.
Los autores vieron la luz cuando cayó en sus manos el diario de William Melville, el jefe del incipiente servicio secreto británico -el MI-5- de principios del siglo XX, en que se hacen numerosas referencias a Harry Houdini.
Según el texto, Ehrich Weiss, nombre ‘terrenal‘ del mito de la magia, mantuvo durante años contactos clandestinos con los servicios secretos de Estados Unidos y Reino Unido para informar de lo que veía en sus múltiples viajes alrededor del mundo. Todo ello a cambio de que lanzaran su carrera a nivel internacional.
Lo cierto es que, tras casi una década actuando en pequeños museos por el precio simbólico de un dime (diez centavos de dólar), de repente su magia llenó primero las portadas de los periódicos de Chicago, y posteriormente de todo Estados Unidos.
Las páginas de la biografía apuntan a un acuerdo de ayuda mutua con la policía de Chicago como impulsor de su mito.
Un hecho similar sucedió en Inglaterra, donde Houdini entró en contacto con Melville, quien le proporcionó varios contratos de actuación por toda Europa a cambio de que realizara labores de espionaje y contraespionaje para Scotland Yard.
Gracias a su fama mundial, durante los primeros años del siglo XX el ‘escapista‘ de origen húngaro informó puntualmente a los servicios secretos norteamericanos y británicos de las actividades de la policía alemana y siguió de cerca las actividades de los anarquistas rusos.
Sin embargo, en 1920 la muerte de su madre dio un giro a su actividad como espía, y a partir de ese momento dedicó todos sus esfuerzos a desenmascarar a adivinos, médium y todos aquellos que creían que podían contactar con los muertos, ya que los consideraba unos farsantes.
Esta cruzada le llevó a enemistarse con uno de sus grandes amigos, Sir Arthur Conan Doyle, escritor que dio vida a Sherlock Holmes. Durante muchos años lideró el movimiento espiritista y consideraba a Houidini un poderoso médium.
El libro sugiere que la caza de brujas iniciada por Houdini pudo provocar que ese movimiento urdiera las dos agresiones físicas que sufrió el ilusionista los días previos a su muerte, y que le causaron las lesiones internas que provocaron su fallecimiento, tras realizar su última actuación en Detroit.
Los antecesores de Houdini
Houdini no fue el primer ilusionista de la historia en colaborar con los servicios de espionaje. Antes, a mediados del siglo XIX, el francés Jean Eugene Robert-Houdin fue enviado por su gobierno a una de sus colonias, Argelia, para atemorizar a los nativos con el poder de la magia francesa.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ilusionista norteamericano Joshep Dunninger colaboró con las fuerzas armadas de los Estados Unidos para mejorar sus técnicas de camuflaje.
En los años 50, la agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) contrató al taumaturgo John Mulholland para que entrenase a los agentes, por ejemplo, para que pudieran introducir drogas en la bebida de sus objetivos.
Y durante la Guerra Fría, los desertores de Alemania del Este eran evacuados del país en coches que contaban con cajas en el maletero iguales a las que usaban los ilusionistas en los escenarios para sus trucos de desaparición.
jueves, noviembre 09, 2006
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