Es mundial, es enorme el planeta en el que ha desembarcado Emanuel David Ginóbili y, para muchos, es el mejor jugador argentino de basquetbol de la historia. Me incluyo, claro, no puedo ser tan tonto de apartarme de esa definición. Pero voy con el Chapu.
Manu tuvo el tobillo destrozado ante Estados Unidos y nos quedó ese amargo sabor en la boca , porque ni él, ni Chapu, ni Oberto, jugaron en su real dimensión ante los yanquis.
Pero Chapu logró algo que Manu no: emocionarme. Se me cayeron una, dos, diez… no sé cuántas lágrimas viéndolo correr en una pata, robando pelotas y gritándole a sus compañeros en la definición por la medalla de bronce ante Lituania en los recientes Juegos Olímpicos de Beijing. Al igual que Manu, Chapu sabe lo que es el oro. Y no le importó que los millones de los Bulls o un llamado de la franquicia que se hizo grande con la aparición de un tal Michal Jordan, fueran en contra de su corazón.
Ginóbili vivió pendiente de ello siempre, de si llamaba Pop de los Spurs antes de ir a China, en China y hasta cuando –desafortunadamente- volvió a lastimarse.
A Nocioni se le rompió la rodilla, pero la ató con alambres, como el paisano reumático que tiene que salir a arrear las vascas. Le importó tres guindas romperse del todo y su corazón fue tan grande y tan fuerte, que potenció sus deseos de volver a subir a un podio olímpico.
Lo entrevisté un par de veces, siempre buena onda, siempre, aunque al tipo pueda salírsele la cadena (conmigo no pasó). Y quiero encontrarlo de nuevo para agradecerle. Sentí cómo a partir del deporte era posible defender una bandea, como si se tratase de una batalla, pero sin yelmos. Había que terminar de pie y Chapu terminó de pie. Saltando -en una o dos patas- con sus amigos mientras Ginóbili, con la pelota del partido que le regaló Carlitos Delfino, se iba solo a los vestuarios vestido de civil. Una diferencia grande.
Por eso Andrés Marcelo Nocioni es mi elegido.
2 comentarios:
Estoy con vos...yo también lo elijo al Chapu! Emocionante!!
gracias! Sorpresa grande cuando vi un comentario. ¡Aleluya! Alguien me está mirando...
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