Espinas caldenosas
El verde ya no existe y las espinas caldenosas están muriendo.
Son hijas buenasmaleantes desgarradas por el metal filante arrasador.
Se encuentran en un todo.
Y atraviesan el túel redondoso para recostarse impávidas.
El molle transpira caramelo;
¿es acaso su lágrima?
Todos en el monte llanuroso que pronto mostrará su cara.
Cardosrueseantes mutantes; pastos punas gladiadores;
y el gramillal que duerme en su largo invierno.La chispa brotante se multiplica estructuradaY espera.
“Viento no enfurezcas tu aliento. No ahora. Déjalo. Guárdalo”.
El círculo se impone como pista circense.
Y gotean, indefensos, los trozos secantosos.
Es froteáspero/froteáspero.Y bang! Están liquidados.
Luzbelo se reproduce imponente, amenazante.
Extiende sus dedos brasosos y furioso, expone su rito.
Una luz rojamarillaintensa arde.
Grita su canción zumbeante y exige silencio.
Es su zamba, bella, hermosa.Es el temple de la quemazón.
Las víctimas caen desvanecidas, heridas, muertas.
Ya son grisesantes.
Luzbelo ríe, mudamente invisible.
johnny m.
viernes, octubre 06, 2006
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