viernes, octubre 06, 2006

Poema

Espinas caldenosas


El verde ya no existe y las espinas caldenosas están muriendo.
Son hijas buenasmaleantes desgarradas por el metal filante arrasador.
Se encuentran en un todo.
Y atraviesan el túel redondoso para recostarse impávidas.
El molle transpira caramelo;
¿es acaso su lágrima?
Todos en el monte llanuroso que pronto mostrará su cara.
Cardosrueseantes mutantes; pastos punas gladiadores;
y el gramillal que duerme en su largo invierno.La chispa brotante se multiplica estructuradaY espera.
“Viento no enfurezcas tu aliento. No ahora. Déjalo. Guárdalo”.
El círculo se impone como pista circense.
Y gotean, indefensos, los trozos secantosos.
Es froteáspero/froteáspero.Y bang! Están liquidados.
Luzbelo se reproduce imponente, amenazante.
Extiende sus dedos brasosos y furioso, expone su rito.
Una luz rojamarillaintensa arde.
Grita su canción zumbeante y exige silencio.
Es su zamba, bella, hermosa.Es el temple de la quemazón.
Las víctimas caen desvanecidas, heridas, muertas.
Ya son grisesantes.
Luzbelo ríe, mudamente invisible.



johnny m.

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