Jamón del medio
Atorada, atada, empapada.
Es el calor, del sol, del horno, del fuego.
Y es también el hambre,
que golpea y marea en el vientre
inmigrantemente sórdido de la dama,
oculta,
muda tras el delantal,
animalmente desesperada
en el deseo.
Se esconde,
en un manto de miedo irreverente
y asesta un golpe de boca,
feroz,
valientemente atrevido,
en la ausencia vigilantemente peligrosa.
Esa porción,
efímeramente saboreada,
es ya jamón del medio.
Silamim
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